Es la capacidad de permanecer de forma fiel y confiada a los propios valores y principios manifestados en las tareas, relaciones humanas y proyectos a los que nos asociamos o vinculamos, venciendo la tentación al abandono del compromiso por circunstancias adversas o dificultades asumibles dentro de los límites de la integridad y dignidad personal, así como respondiendo de los propios actos y conductas en marcos compartidos de fortaleza axiológica y normativa que permitan también cierto margen de flexibilidad y previsión de cambios en razón de las circunstancias personales y del propio entorno.