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Voluntariado y adquisición de competencias laborales: las competencias blandas

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“No es suficiente con hacer el bien, además hay que hacerlo bien”. Hacer bien el bien es una frase que utilizamos con frecuencia en las entidades de voluntariado y acción social, pero, ¿nos paramos a pensar qué significa en realidad? Además de ser una exigencia ética y de calidad en la ayuda, hacer bien el bien produce mejores resultados y empodera al voluntariado, que se siente realmente capaz de transformar la realidad: es lo que denomina la psicología “autoeficacia percibida”. Y cuando esto ocurre, la tarea y el proyecto, entran en una espiral ascendente de desarrollo y crecimiento. Pues bien, detrás de este proceso están las “soft-skills” o competencias blandas que se entrenan y adquieren en experiencias y proyectos de voluntariado, sobre todo si dichas experiencias están bien diseñadas y acompañadas en clave competencial.

Hacer bien el bien es, en resumen, ser competentes en la acción solidaria. En este post, queremos aportaros una visión general, tanto a los voluntarios y voluntarias como a las entidades sociales, acerca de dos ideas clave:

  • Cuáles son las competencias blandas.
  • Sus beneficios para las personas que las adquieren por medio del voluntariado

Habilidades y competencias que se desarrollan en el entorno del voluntariado

En Talante Solidario entrenamos y evaluamos de forma sistematizada 10 soft skills que necesitan adquirir las personas voluntarias en el itinerario de su acción voluntaria, para que ésta sea realmente eficaz y transformadora. Como son bastantes para definirlas aquí en su totalidad, os lo contamos en forma de decálogo “Cuando una persona voluntaria…” y así os puede servir de instrumento de reflexión y evaluación con vuestros equipos.

Cuando una persona voluntaria…

  1. Percibe una situación desde varios puntos de vista, comprende algunos patrones de interacción social, sabe identificar las causas de los problemas y conflictos y actúa en base a criterios y protocolos adecuados, proponiendo e implementando soluciones, decimos que es competente en análisis y resolución de problemas.
  2. Se siente libre y con seguridad para expresar su opinión y necesidades de forma educada, honesta, autónoma y ajustada a cada situación, respetando las necesidades y derechos de los demás, afirmando los propios valores como criterio para decir SÍ o para decir NO, decimos que es competente en asertividad.
  3. Intercambia información, significados y sentimientos de forma eficaz y eficiente, tanto en rol de emisor como de receptor, de forma verbal y no verbal, incluso sabiendo interpretar los metalenguajes y utilizando con habilidad varios canales y formatos, decimos que es competente en comunicación interpersonal.
  4. Identifica sin juzgar los pensamientos y sentimientos del otro, comprende su mapa vital y sale a recorrerlo junto a él, sin dejar que las emociones nublen o desvirtúen el horizonte del buen resultado esperado, orientando la energía afectivo-emocional con la cabeza, decimos que es competente en empatía.
  5. Se adapta de forma creativa a las situaciones y entornos de alto dinamismo e incertidumbre, utilizando para ello un pensamiento flexible y actualizado de forma permanente, estimulando sus inteligencias múltiples, explorando nuevas rutas y habilidades creativas en los procesos y proyectos, y desafiando a las zonas de confort y resistencias al cambio, decimos que es competente en flexibilidad e innovación.
  6. Afronta los retos de un entorno cambiante y dinámico con valentía, audacia y seguridad personal ajustada a las propias capacidades, identificando áreas de mejora, incentivando la autonomía en otros, sabiendo diferenciar cuándo actuar según guión y cuándo improvisar, decimos que es competente en iniciativa y autonomía.
  7. Influye positivamente en las actitudes y comportamientos de otros desde el propio modo de ser y estar al servicio de los demás, independientemente del tipo de tarea que hace y su rol en la misma, inspirando valores de servicio y generosidad en el modo de ser y hacer de los demás, decimos que es competente en Liderazgo de servicio.
  8. Piensa y actúa de forma eficaz, siendo consciente de los objetivos, así como de los medios y la identificación de las mejores rutas para lograr dichos objetivos, utilizando destrezas de pensamiento individual y colectivo, así como herramientas visuales, decimos que es competente en organización y planificación.
  9. Muestra fidelidad y confianza en los valores asumidos junto a otros, adaptándose de forma flexible a las circunstancias ante la tentación de abandonar la misión, así como respondiendo de los propios actos y conductas en marcos normativos y axiológicos compartidos, decimos que es competente en responsabilidad y compromiso.
  10. Integra su propio rol y capacidades en una agrupación humana diversa que comparte un proyecto cooperativo, desarrollando vínculos emocionales positivos entre sus miembros, y utilizando para ello técnicas y herramientas que facilitan el mayor rendimiento y logro posible, decimos que es competente en trabajo en equipo.

Una vez leído este decálogo, nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿Qué tiene que ver esto con la empleabilidad del voluntariado, qué aporta en un trabajo o empresa? La respuesta es bien sencilla: lo aporta todo, y mucho más. Dado que las competencias son transferibles de unas situaciones o contextos a otros, es una característica de las mismas, estas 10 soft-skills son transferibles al puesto de trabajo.

Hagamos el siguiente ejercicio: leamos el decálogo de nuevo, pero en la introducción del mismo digamos ahora: “Cuando un trabajador/a o colaborador/a, o compañero/a…”. Y pensemos no en beneficiarios, sino en clientes o usuarios de servicios. El resultado es exactamente lo que están buscando ahora las empresas en sus procesos de selección, lo que querría para sí todo empresario/a en sus colaboradores. Pero con el valor añadido que las competencias adquiridas en el voluntariado vienen con algo más que se llama “impronta humanista”, vienen cargadas de valores humanos, ayudan por tanto a humanizar la empresa, algo que, dicho sea de paso, cada vez preocupa y ocupa más en el mundo laboral.

Competencias blandas, voluntariado y  empleabilidad

Las empresas y organizaciones de todo tipo cada vez tienen más en cuenta las habilidades blandas como criterio de selección de personas, por las razones comentadas anteriormente. Según la web especialista en empleo jobatus.es, un 73% de las empresas incluyen las soft skills directamente en sus ofertas de empleo. Solamente en el último año,  las ofertas de trabajo que incluyen una o más soft skills han aumentado un 31% con respecto al mismo período del año pasado.

Los expertos en empleo de la Fundación Adecco, en un reciente informe sobre el impacto que la crisis del coronavirus dejará en el escenario laboral, concluyen: «Cuando finalice el estado de alarma y, tras un periodo de deshumanización sin precedentes, las empresas no solo reforzarán su tecnología como aspecto crítico para su sostenibilidad, sino que valorarán más que nunca parámetros humanos imposibles de reproducir por máquinas. No parece aventurado señalar que la ‘etapa coronavirus’ marcará un antes y un después en nuestro mercado». Destacan habilidades, por ejemplo, como la capacidad de adaptación y de aprendizaje continuo, que serán claves en un mercado cambiante, impredecible a veces.

Experiencia y competencia laboral

La Ley45/2015 de Voluntariado, en su artículo 24.2, sobre la “Acreditación y reconocimiento de las actuaciones de voluntariado” dice de forma taxativa que: “El reconocimiento de las competencias adquiridas por el voluntario se realizará de conformidad con la normativa general de reconocimiento de las competencias adquiridas por experiencia laboral o por vías no formales de formación”. Igualmente, en la citada Norma de Voluntariado), en el artículo 10 sobre los “Derechos de los Voluntarios” (ojo que habla de “derechos” que son entonces “deberes” para las entidades) pueden leerse los siguientes que están muy directamente relacionados con las competencias, la formación y el reconocimiento de la aportación de los voluntarios (apartados a, b, d, i de la Ley):

a) Recibir regularmente durante la prestación de su actividad, información, orientación y apoyo, así como los medios materiales necesarios para el ejercicio de las funciones que se les encomienden.

b) Recibir en todo momento, a cargo de la entidad de voluntariado, y adaptada a sus condiciones personales, la formación necesaria para el correcto desarrollo de las actividades que se les asignen.

d) Participar activamente en la organización en que se inserten, colaborando en la elaboración, diseño, ejecución y evaluación de los programas o proyectos, de acuerdo con sus estatutos o normas de aplicación y, en la medida que éstas lo permitan, en el gobierno y administración de la entidad de voluntariado.

i) Obtener reconocimiento de la entidad de voluntariado, por el valor social de su contribución y por las competencias, aptitudes y destrezas adquiridas como consecuencia del ejercicio de su labor de voluntariado. “

De estas referencias legales, además de las reflexiones anteriores, se desprende que la formación y entrenamiento en competencias soft skills del voluntariado, va más allá de ser una moda o una nueva forma de hacer las cosas, y se presenta más como un imperativo legal y de calidad para las entidades, como una oportunidad de crear verdaderas alianzas y sinergias entre la educación-formación, las entidades sociales y las empresas (ODS nº 17).

Incluir la experiencia de voluntariado en el currículo es un valor añadido en los procesos de selección y candidaturas a puestos de trabajo; pero si además se incluyen referencias concretas a las competencias blandas entrenadas en el voluntariado, las posibilidades de empleabilidad aumentan considerablemente.

Diferentes consultoras de recursos humanos como onlinecv.es revelan que dos de cada cinco empresas consideran la experiencia de un voluntariado tan valiosa como la obtenida en un empleo remunerado, confirmando el interés que hay en las organizaciones por trabajadores que cumplan con una serie de valores personales y habilidades profesionales.

Tener experiencia en voluntariado pasa a ser en el currículo una muestra de poseer dichos valores y actitudes. Evidentemente, esto no significa que el voluntariado deba hacerse sólo y primeramente como un medio para obtener empleo: las motivaciones son varias, y la primera debe ser el deseo de ayudar y mejorar la realidad social y el mundo (también las empresas tienen una función y responsabilidad social, y están movidas, o deberían estarlo por construir un mundo mejor). Pero qué duda cabe, y lo dicen los propios voluntarios y voluntarias, que “reciben más de lo que dan”, aunque lo den gratis. Y esa gratuidad trae de vuelta otros beneficios, psicológicos y de felicidad personal sin duda, pero también sociales y profesionales.

Reconocimiento de créditos universitarios

Talante Solidario se convierte en título propio de la Universidad de Murcia. Esto supone que todas las personas que lo cursen obtendrán un crédito CRAU, equivalente a 25 horas y el certificado oficial de la Universidad de Murcia. Por cada tres competencias cursadas y superadas en Talante Solidario (teoría y práctica) se obtiene un crédito CRAU. Todo ello se gestiona a través del Servicio de Atención a la Diversidad y Voluntariado (ADyV) de la Universidad de Murcia.

La formación se lleva a cabo de forma online a través de la plataforma Moodle www.talantesolidario.org. Está estructurada en torno a diez competencias, que dan contenido a las unidades didácticas o cursos, con el fin de facilitar su aprendizaje y entrenamiento de forma online en coordinación con la práctica del voluntariado de cada alumno/a: teoría y praxis van de la mano en el modelo e itinerario Talante Solidario, de aprendizaje y entrenamiento de soft-skills.

En Talante Solidario certificamos las competencias con un método fiable, innovador y cada vez mejor valorado y acogido en ámbitos sociales, académicos y empresariales, y lo hacemos uniendo  teoría y praxis en tiempo real, de forma sistematizada y en el marco de la Universidad de Murcia.

Si eres una entidad y estás interesada en formar y certificar a tus voluntarios en varias de las competencias que hemos comentado en este post, únete a Talante Solidario.

2 comentarios en “Voluntariado y adquisición de competencias laborales: las competencias blandas”

  1. Fernando Maximiano Molina

    La verdad me gusta mucho el implementar el serviasgo dia con día y lograr implementar algún sistema a prueba de error que sirva para ser más humanos,

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