Talante Solidario dice ‘presente’ en la 30 Escuela de Otoño de la Plataforma de Voluntariado en España

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Ayer, jueves 23 de octubre, César García-Rincón de Castro, responsable académico de Talante Solidario, así como creador de los contenidos y modelo pedagógico-competencial de esta innovadora plataforma formativa, estuvo en la 30 Escuela de Otoño del Voluntariado, organizada por la Plataforma del Voluntariado en España y la Plataforma del Voluntariado de Segovia, en el Campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid, en su sede de Segovia. 

García-Rincón ha participado en la mesa llamada “Cuestión de Competencias” junto a otros expertos y expertas acerca de la validación y certificación de competencias en el voluntariado, como Luis Carro (moderador), Begoña Lázaro (Universidad de Salamanca), María Charte (Gobierno de Aragón) y Maida Pieper (Plataforma del Voluntariado en España). 

El diálogo de la mesa ha facilitado la reflexión y debate acerca de cuestiones como el valor social que atribuye la validación y certificación de competencias en el voluntariado, las dificultades que se encuentran las entidades para dichos procesos de validación y certificación, así como horizontes de futuro hacia un marco común de competencias en el voluntariado, no sólo a nivel nacional, sino también alineado con los estándares europeos en esta materia. 

En concreto, García-Rincón ha apuntado que “lo que no se nombra no existe, no es visible” con relación al valor que aporta poner nombres concretos de competencias a las capacidades, saberes y actitudes que se adquieren en la acción voluntaria, y además poder evaluarlas y certificarlas. También ha comentado los “riesgos del uso inadecuado de la IA”, por parte de los alumnos/as de la plataforma formativa, para realizar entregas de ejercicios de comprensión, y cómo los hemos afrontado y resuelto en Talante Solidario. También, y al hilo de uno de los temas de debate, ha apuntado la necesidad de evitar aprender o cursar las competencias “a la carrera”, no dejarse contagiar por el fast-food pedagógico que, desgraciadamente, vemos en otros ámbitos: el aprendizaje de las competencias requiere tiempo, práctica, cocinarse a fuego lento (slow-food), algo en lo que todos los integrantes de la mesa estaban de acuerdo. Finalmente, ha destacado que la inclusión de las competencias en los certificados de voluntariado, más allá de las horas realizadas, reflejan que un voluntario/a, tras dicha experiencia, es mejor persona y tiene más capacidad para mejorar y transformar la sociedad. 

La participación con preguntas e inquietudes por parte de los asistentes  evidenció el interés creciente que hay en las entidades con este tema, así como la necesidad de “dar el salto” y convertirse en evaluadores y certificadores de competencias, tal y como ya venimos haciendo en Talante Solidario desde 2016.

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