Es la capacidad de integrar el propio rol y capacidades en una agrupación humana diversa que comparte unos objetivos, unos valores y una misión de forma solidaria e interdependiente, desarrollando vínculos emocionales positivos entre sus miembros, y utilizando para ello un conjunto de técnicas y herramientas que facilitan el mayor rendimiento y logro posible en cada contexto, así como los recursos internos que el propio equipo dispone y genera desde los talentos e inteligencias de cada uno de sus miembros.

Es la capacidad de permanecer de forma fiel y confiada a los propios valores y principios manifestados en las tareas, relaciones humanas y proyectos a los que nos asociamos o vinculamos, venciendo la tentación al abandono del compromiso por circunstancias adversas o dificultades asumibles dentro de los límites de la integridad y dignidad personal, así como respondiendo de los propios actos y conductas en marcos compartidos de fortaleza axiológica y normativa que permitan también cierto margen de flexibilidad y previsión de cambios en razón de las circunstancias personales y del propio entorno.

Es la capacidad para afrontar los retos y demandas del entorno con valentía, audacia y seguridad personal ajustada a las propias capacidades y recursos presentes en cada situación, lo que implica saber identificar áreas de mejora, incentivar la autonomía responsable en otras personas y equipos, diferenciar situaciones de aplicación pautada de las que permiten más iniciativa, así como actuar sin estar condicionados por la opinión y evaluación de los demás o la ansiedad ante nuevas situaciones que requieren nuevas respuestas.

Es la capacidad para identificar los pensamientos y sentimientos de los demás desde sus propias coordenadas espacio-temporales, lo que implica trasladarse mentalmente a su situación y circunstancias para comprenderles mejor y evitar etiquetarles  anticipadamente desde nuestros parámetros, así como gestionar adecuadamente la carga emocional que nos genera la situación ajena para evitar que nos desborde y garantizar que nuestra respuesta a su situación o problema sea de calidad humana y social.

Es la capacidad de ser libre para aceptar o rechazar las demandas y estímulos del entorno socio-cultural, haciéndolo de forma educada, honesta, autónoma y ajustada a cada situación, respetando las necesidades y derechos de los demás sin renunciar a las propias necesidades y derechos, afirmando los propios valores como criterio para decir SÍ o para decir NO, y fomentando la asertividad en otros como forma de ayuda y desarrollo.

Es la capacidad para intercambiar información, significados y sentimientos de forma eficaz y eficiente, tanto en el rol de emisor como en el rol de receptor, así como de forma verbal y no verbal, incluso sabiendo interpretar los metalenguajes y utilizando con habilidad varios canales y formatos expresivos, anticipando e identificando en lo posible las posibles barreras presentes en el proceso, tanto internas como externas, para garantizar la mejor comprensión mutua.

Es la capacidad de pensar y actuar de forma eficiente y eficaz, siendo conscientes de los objetivos y de los medios que tenemos para alcanzarlos, así como la identificación de las mejores rutas para lograr dichos objetivos en cada contexto y en cada momento, utilizando para ello una serie de herramientas de pensamiento individual y colectivo eficaz, así como de expresión de dicho pensamiento en modos de hacer, herramientas y técnicas para el logro compartido de objetivos en proyectos y tareas espacio-temporales.

Es la capacidad de inspirar e influir en las actitudes y comportamientos de otros desde el propio modo de ser y estar al servicio de los demás, independientemente del tipo de tarea que se haga y del rol o estatus social de quien hace la tarea, utilizando comportamientos, tanto verbales como no verbales, especialmente humanos y eficaces que atraen la atención e interés de los demás, y también comportamientos verbales y no verbales que inducen y empujan a otros hacia una actitud de servicio y generosidad en su modo de actuar y decidir.

Es la capacidad para adaptarse de forma creativa a las situaciones cambiantes e inesperadas propias de los entornos de alto dinamismo e incertidumbre, utilizando para ello un pensamiento flexible y actualizado de forma permanente, estimulando nuestras inteligencias múltiples, explorando nuevas rutas y habilidades creativas en los procesos y proyectos, y desafiando a las zonas de confort de los criterios, inercias sociales y protocolos de actuación cerrados y resistentes al cambio.

Es la capacidad para identificar los patrones y las causas de los problemas en diferentes contextos socio-culturales y de diversa naturaleza, utilizando para ello varios marcos de referencia y puntos de vista, y tomando decisiones más o menos sistematizadas y/o creativas en función de la naturaleza del problema, de los procedimientos y normas institucionales, así como la trascendencia del mismo en el entorno.