El concepto de competencia no es nada nuevo, ya que su origen se remonta a los años 70 del pasado siglo (hace ya medio siglo). En concreto, fue el psicólogo David McCelland quien introdujo las competencias en el mundo laboral, entendidas como formas exitosas de desempeñarse en determinadas situaciones, para lo cual eran necesarios una serie de conocimientos, habilidades, actitudes, así como la motivación y la auto-percepción adecuada del trabajador (auto-concepto positivo).
¿Qué son las competencias y cómo han llegado al voluntariado?
El interés por conectar a los jóvenes con el mundo laboral, máxime en la actualidad con preocupantes tasas de desempleo juvenil en España y en Europa en general, ha visto en las competencias un lenguaje común y un hilo conductor para una adecuada alineación entre la educación (formal y no formal) y la empresa. Estudios recientes como el de ‘The Future of Jobs’ de la Universidad de Harvard afirman que el 85% del éxito profesional se debe a la adquisición temprana de habilidades interpersonales, a menudo referidas directamente con el término inglés soft skills.
Las entidades de voluntariado forman parte del ámbito de la educación no formal y cívico-social, si bien, en el último decenio, han ido “profesionalizando” y sistematizando más la formación que ofrecen a sus voluntarios, no sólo por obligación legal (Ley 45/2015 de 14 de octubre, del Voluntariado), sino también por responsabilidad social de “hacer bien el bien”, de una acción voluntaria de calidad.
El voluntariado se ha ido configurando en los últimos años como un espacio privilegiado para la adquisición y certificación de competencias blandas o soft-skills, ahora también con tres proyectos-herramientas que lo facilitan en España, entre los que destacan Talante Solidario, Reconoce o Vol+, según pone de manifiesto la Guía-Estudio “MODELOS INTERNACIONALES DE RECONOCIMIENTO Y CERTIFICACIÓN DE COMPETENCIAS A TRAVÉS DEL VOLUNTARIADO”, de la Plataforma para la Promoción del Voluntariado en España. Tanto es así, que las empresas y empleadores cada vez tienen más en cuenta la experiencia de voluntariado certificada en habilidades soft skills como criterio importante y diferenciador a la hora de seleccionar y contratar personas.
Del mismo modo, las competencias comenzaron a formar parte de los currículos educativos formales, sobre todo a partir del Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors y elaborado en 1996. Diez años más tarde, en 2006, el Parlamento Europeo definió las competencias como “combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuada al contexto … son aquellas que las personas necesitan para su realización y desarrollo personales, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo”.
A partir de aquí, y ya en la actualidad, las competencias forman parte de todos los currículos educativos internacionales, así como cada vez más de los itinerarios educativos en ámbitos de educación no formal y de las entidades sociales que fomentan el voluntariado. César García-Rincón de Castro – creador de los contenidos, sistemas de aprendizaje y evaluación de las 10 competencias soft skills de Talante Solidario, además de formador y entrenador de los tutores en dicho programa, describe las competencias en la Guía para la Tutoría de Talante Solidario – en sus tres dimensiones esenciales (saber + saber hacer + saber ser), que pueden estudiarse de forma separada, pero que en los contextos reales del desempeño competencial, están integrados en el comportamiento y por tanto actúan conjuntamente:
Dimensión de la competencia | Ingredientes | Ubicación en el programa Talante Solidario |
Conocimientos SABER | Contenidos relevantes para desempeñarse en un contexto determinado, así como los contenidos previos y experiencias anteriores de las personas con respecto a la competencia. También la información actualizada, incluso al día en contextos cambiantes y dinámicos. | Contenidos teóricos de cada una de las competencias: metáfora inicial + teoría actual sobre el tema + información de barreras / creencias limitantes + entrevista a un experto en la competencia. |
Capacidades SABER HACER | Destrezas verbales y no verbales, así como psicomotrices para desempeñar bien el comportamiento orientado por los conocimientos. | Ejercicios de entrenamiento basados en un indicador competencial + casos prácticos para resolver con los indicadores de la competencia + entrevista a un experto en la competencia (modelado). |
Actitudes y valores SABER SER | Modos de estar en la actividad y el desempeño que incluyen una actitud y motivación adecuadas, así como unos valores que garantizan el buen clima, trato y desarrollo humano, respetando normas y derechos esenciales de las personas. | Transversalizados en todo el itinerario: referencias en los contenidos y conocimientos del tema + forma de resolver los desempeños de los ejercicios de entrenamiento + actitud del alumno en su proceso de aprendizaje + entrevista con persona experta (modelado humanista). |
Por qué es necesario certificar y acreditar las competencias y en qué consiste
En nuestro post sobre “Voluntariado y empleabilidad” ya comentamos que La Ley45/2015 de Voluntariado, en su artículo 24.2, sobre la “Acreditación y reconocimiento de las actuaciones de voluntariado” dice de forma taxativa que: “El reconocimiento de las competencias adquiridas por el voluntario se realizará de conformidad con la normativa general de reconocimiento de las competencias adquiridas por experiencia laboral o por vías no formales de formación”.
Tener competencias soft skills certificadas y acreditadas es mucho más que una moda: es una exigencia y requisito indispensable ya en el mundo laboral, y cada vez más también en el voluntariado. Entidades de voluntariado como Fundación FADE, Fundación CEPAIM, Nadiesolo, Fundación Diagrama, Aptacan, Argibe, Fundación Iniciativas El Gigante, Fundación Jesús Abandonado, Fundación Harena, Fundación Profesionales Solidarios, Asdegal, Futucam, Asociación Caudiel, UMU, Aspanpal, Aspaym Murcia o Asociación Custodire que han apostado por Talante Solidario, para la formación en competencias de voluntarios y de tutores, han encontrado no sólo un nuevo modo de diseñar e implementar sus itinerarios formativos, sino también una nueva herramienta para ayudar a sus jóvenes voluntarios en su incorporación al sustituir por ámbito profesional a través de la formación, entrenamiento y certificación de dichas competencias.
Talante Solidario ha sido incorporado como un título propio de la Universidad de Murcia. Por cada tres competencias cursadas y superadas en Talante Solidario (teoría y práctica) obtendrás el certificado. Además, se trata de un proyecto apoyado por Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad de la CARM.
Por todo lo expuesto a lo largo de este post, concluimos que es necesario certificar y acreditar las competencias de los voluntarios. La legislación, las tendencias sociales y laborales junto a los beneficios tanto para el voluntario como para la entidad son evidentes.
Estamos a tu disposición para ayudarte en este interesante proceso, que es una gran oportunidad, ¡inscríbete en Talante Solidario!