Nota aclaratoria: incluimos bajo el término recursos humanos al capital humano de la organización, tanto a los empleados, trabajadores y colaboradores, remunerados y no remunerados.
¿Conoces el Proyecto Aristóteles? En 2012 Google se embarcó en un estudio interno para encontrar la fórmula del equipo de empleados perfecto y, así, replicarla en toda la compañía.
El resultado fue que sus mejores equipos no estaban plagados de ingenieros de ‘software’ de primer nivel: los grupos que más rendían eran los interdisciplinarios, donde cada empleado aportaba sus habilidades blandas en el proceso colaborativo, como la buena comunicación, los conocimientos sobre los demás y el liderazgo empático, entre otras.
Según LinkedIn, el 57% de los líderes senior ve las ‘soft skills’ más importantes que las ‘hard skills’. Es decir, los expertos en talento ven en las personas que tienen adquiridas competencias blandas personas con talento. Este estudio también aconseja que los profesionales de recursos humanos deben formarse y capacitarse para poder seleccionar y contratar a personas con estas habilidades y, claro está, para ello necesitan tener implantados sistemas que evalúen y capaciten a los trabajadores en estas competencias.
En los últimos tiempos, las asociaciones y fundaciones se han profesionalizado a pasos agigantados y los perfiles más demandados son similares a los que solicitan las empresas, siempre y cuando no vayan en detrimento de sus valores. En Talante Solidario, de hecho, damos mucha importancia a los valores y actitudes como una dimensión esencial (el saber ser) de las competencias: nos interesan las soft skills humanizadas, que aporten valor humanista allá donde se pongan en práctica.
Para comprender la importancia de los valores y actitudes, el saber ser de las competencias blandas, en la Guía del Aprendizaje de Talante Solidario (esta guía es parte del material didáctico del alumno), siempre ponemos un ejemplo muy sencillo de la práctica de cualquier deporte: por mucho que sepas de ese deporte, por mucho que seas muy hábil y capaz y tengas muchas horas de entrenamiento, si tu actitud en el terreno de juego no es de equipo, de respeto a las reglas, de sana competitividad, de respeto a los árbitros, realmente no eres un jugador/a competente y valioso.
Según el ‘Estudio del tercer sector de acción social’ publicado por la Plataforma del Tercer Sector, entre las competencias más buscadas por las entidades a la hora de contratar profesionales están la flexibilidad y capacidad de adaptación.
Esta demanda de flexibilidad, innovación, adaptación a entornos cambiantes, resiliencia también, es totalmente acorde con la realidad que estamos viviendo de profundos cambios y entornos de incertidumbre. En Talante Solidario planteamos 3 objetivos muy claros en el aprendizaje y entrenamiento de la competencia “Flexibilidad e Innovación” a nuestros alumnos/as profesionales y/o voluntarios:
- Ampliar las opciones y capacidades de mejora, tanto personal como de los proyectos de voluntariado en que desarrollas tu labor.
- Fomentar y desarrollar el pensamiento flexible y creativo, como soporte de resiliencia y adaptación inteligente a los cambios y circunstancias.
- Ser agente de resiliencia y creatividad ante los problemas y retos de tu entorno de voluntariado y sus personas.
Uno de los ejercicios de entrenamiento que proponemos en Talante Solidario, en la competencia Flexibilidad e Innovación, se llama “Viaje al poder de la mente”, y se pide al alumno voluntario lo siguiente: “Selecciona una situación difícil, necesidad, reto o problema de tu campo de voluntariado, y ponlo a dialogar con las 6 rutas mentales del ingenio que hemos visto en esta unidad: ¿qué soluciones se te ocurren a partir de dichas rutas? Escríbelas y explica cuál de todas te parecería la más innovadora y viable, y por qué”.
Rocío, voluntaria de Fundación DIAGRAMA, tiene como misión en su voluntariado la educación de jóvenes en un Hogar de Acogida, al aplicar este entrenamiento a su tarea descubrió que tres de estas rutas aportaban novedades a su modo de trabajar con estos jóvenes:
–Democracia cognitiva: se trataría de unir frases o palabras que puedan ayudarnos a realizar estas dinámicas con éxito. Dinámicas grupales y diversión, y enseñanza y problemas sociales actuales en jóvenes, y juegos y gymkanas, y pistas y trabajo en grupo, y aportaciones y reflexiones grupales e individuales, y solidaridad y compartir.
–Filosofía multiusos: se trataría de utilizar diversas cosas para utilizar en las dinámicas con usos diferentes a los que acostumbramos. En primer lugar, tener en cuenta que el aprendizaje no siempre tiene que ser teórico y que a partir del juego y de estrategias prácticas también puede lograrse. En cuanto a la utilización de material, podría contar diversas cosas de la vida cotidiana (utensilios de cocina, cartones, plásticos, ropa vieja, cepillos de dientes…) para por ejemplo realizar una serie de juegos o pruebas.
–Secuencias narrativas: se podrían utilizar historias o cuentos dependiendo de las características de los jóvenes, para introducir y guiar las dinámicas durante el tiempo que esta lo permita. Uniendo la historia con lo que queramos conseguir que los jóvenes realicen y conduciéndolos a la moraleja final.
¿Qué ha pasado en la mente de Rocío y de los alumnos que cursan esta competencia? Sencillamente, se vuelve más flexible, adaptativa, resolutiva, resiliente, y esto hoy es una competencia cognitiva y social clave en el mundo laboral también.
Es por esto que, si estás buscando que tu ONG la integre un equipo de personas verdaderamente profesional, para que avance sin perder sus valores, te aconsejamos incluir dentro de tu estrategia de selección de recursos humanos y de formación un sistema de evaluación y capacitación de competencias blandas como Talante Solidario.
Las soft skills aumentan el talento y fidelizan a los voluntarios
Las habilidades blandas siempre han sido importantes, particularmente en el Tercer Sector, pero ahora las empresas también dan prioridad a las mismas a la hora de contratar personas. Y es que los beneficios de tener un equipo diverso y multi-inteligente, formado por personas con este tipo de competencias son muchos. Las habilidades duras están más orientadas a la tarea específica del colaborador, son las más técnicas, profesionales y especializadas; y las habilidades blandas ponen más el acento en las personas y sus relaciones con el entorno y con otras personas.
Los profesionales con habilidades blandas son percibidos como mejores expertos por sus usuarios, lo que facilita la cooperación mutua y alimenta un círculo virtuoso de eficacia en las interacciones profesional / cliente.
Veamos 6 beneficios de la capacitación en habilidades blandas para los trabajadores y voluntarios de las entidades:
Las habilidades duras son muy importantes y necesarias, pero sólo se pueden aprender y aplicar en o puesto especializado.
Sin embargo, las habilidades blandas pueden desarrollarse y entrenarse en unos contextos y transferirse con cierta facilidad a otros, son más universales y versátiles que las habilidades duras. La formación en soft skills permite reunir a toda la plantilla y compartir su vocación en un mismo curso/espacio, mientras que la formación en hard skills debe ser segmentada por especialidades.
Las habilidades duras pueden quedar obsoletas a medida que evoluciona la tecnología. Por otro lado, las habilidades blandas no pasan de moda y una vez adquiridas permanecen con la persona de por vida.
La automatización nos lleva a que muchas de las llamadas habilidades duras sean realizadas por ordenadores. Hay sin embargo otras habilidades blandas como la creatividad que no pueden ser desarrolladas por máquinas.
Los trabajadores y voluntarios con habilidades blandas suelen encontrar más fácil la adaptación al cambio en diferentes puestos dentro de una organización. Por ejemplo, la transición a medida que ascienden en la escala profesional, hace que las habilidades blandas sean un requisito esencial para los puestos directivos.
La flexibilidad y la adaptación, que son habilidades blandas, hacen que la incertidumbre intrínseca referente a la financiación de las organizaciones ayude a que los empleados de las ONG sean personas que mantienen abiertas sus opciones.
Según el informe Time Well Spent Report de NCVO el factor clave que influye en la motivación de los voluntarios tiene que ver con la satisfacción que obtienen en lo que hacen. Y esto, a su vez, está relacionado con la profesionalidad: tener el apoyo necesario para hacer bien su trabajo.
Por eso la formación en competencias blandas de los voluntarios es una forma de acercarse a ellos, apoyarles y mostrar interés por su desarrollo profesional, no sólo porque ayuden de manera desinteresada a nuestra entidad. El impulso de las soft skills en las entidades ayuda a retener e involucrar a los voluntarios de una ONG.
Cómo benefician las soft skills a las entidades del Tercer Sector
Queremos dar testimonio de ello a través de este vídeo de David Buendía, voluntario de FADE en el proyecto SECUNDA Smile, quien nos habla sobre algunas habilidades blandas como la organización y planificación, y cómo son esenciales dentro del desempeño de su trabajo voluntario.
Si este artículo te ha resultado interesante, ves la oportunidad y sientes la necesidad, ya sea como entidad o como reclutador de recursos humanos, de certificar competencias blandas dentro de tu equipo de trabajo, ¡consúltanos por el programa de Talante Solidario!
Para matricularse en la plataforma on-line, es requisito previo ser voluntario/a en una entidad social, ya que el entrenamiento sobre el terreno, uniendo teoría y praxis, es lo que permite adquirir y desarrollar las competencias. Si todavía no eres voluntario, pregúntanos y te orientamos ¡Anímate a entrenar!